El mercado alla Pescheria, conocido come Piscarìa, està siempre lleno de gente multiétnica y multicultural y está animado por los muchos rumoses de los comerciantes, que crean una atmósfera fascinante que recuerda a la de la casbah.

Atraversar los bancos poblados por innumerables especies de pescado, respirar los perfumes y dejarse absorber por los variegados colores, significa vivir de lleno el folclore y las tradiciones de un pueblo milenario y representa una experiencia única que, no por casualidad, ha sido incluido en el itinerario turístico de la ciudad.

Desde el principio del siglo XIX, el mercado se encuentra en un sugestivo túnel bajo el Palacio de Seminario dei Chierici y las murallas de Carlos V, excavadas en el siglo XVI.

El mercardo de la plaza Carlo Alberto es comúnmente conocido como Fera ‘o Luni, Feria de Lune. Este nombre indicaba el día de apertura del mercado, el lunes, de ahí el título Feria de Lunes. Sin embargo, el significado de Luni se puede asociar con el de la Luna, ya que en la antigüedad la plaza habría sido el sitio de un templo dedicado a la diosa romana Luna, o, según un estudio de 1969, al dios asirio-babilónico Luni.

El Mercato del Lune ya estaba activo en el Medioevo y estaba instalado en la plaza frente a la capilla de Santa Maria dell'Elemosina, que tuvo que ser redimensionada dentro de un espacio creado entre los edificios barrocos de Piazza dell'Università , tras el terrible terremoto que afectó toda Val di Noto, en 1693.

El mercado fue trasladado nuevamente en 1832 donde todavía se encuentra ahora, en plaza Carlo Alberto. Hoy, el mercado es un verdadero punto de encuentro para comerciantes de Italia, pero también de origen chino y africano.

Se puede decir que una visita a la ciudad de Catania es completa solo después de haber visitado estos característicos mercados históricos.